Italia.- El secretario de Estado vaticano, el cardenal italiano Pietro Parolin, explicó el domingo por la noche que se está haciendo todo lo posible por mediar para poner fin al conflicto en Ucrania tras la invasión de Rusia y que así lo trasladó al ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergej Lavrov, de quien no recibió respuesta.
En una entrevista emitida por el canal de información de Mediaset, «Tgcom», y retomada hoy por los medios vaticanos, el máximo representante de la diplomacia vaticana explicó «que la oferta de la Santa Sede para mediar fue discutida personalmente en los últimos días con Lavrov», con quien mantuvo conversaciones telefónicas.
Parolin señaló que Lavrov tomó nota de la propuesta, pero que «hasta ahora no ha habido señales» dispuestas a aprovechar esta oportunidad.
El purpurado precisó que «no es importante que se acepte el ofrecimiento de la Santa Sede, pero lo importante es que, de cualquier manera, se ponga fin a todo lo que está pasando», y que se espera «que los contactos en el progreso y otras mediaciones en el campo pueden concluirse positivamente».
Por otro lado, el secretario vaticano explicó que «la Iglesia está haciendo mucho: los repetidos llamamientos del papa, las iniciativas de oración, la solidaridad, los contactos continuos con el nuncio en Kiev».
Parolin hizo hincapié en el último llamamiento del papa este domingo tras el rezo del ángelus pues aseguró que «no solo fueron las palabras, particularmente fuertes, particularmente incisivas, sino que el papa parecía particularmente entristecido». «Todos estamos tristes y consternados, dijo, ante esta guerra que no tiene sentido», agregó.
El papa exigió asomado a la ventana del palacio pontifico que se ponga fin a «la masacre» perpetrada en Ucrania tras la invasión de Rusia y la consideró «una inaceptable agresión armada», tras el rezo del Ángelus dominical ante la plaza de San Pedro del Vaticano.
«Hermanos y hermanas: acabamos de rezar a la Virgen María. Esta semana la ciudad que lleva su nombre, Mariúpol, se ha convertido en una ciudad mártir de una dura guerra que devasta Ucrania», afirmó el pontífice a los fieles desde la ventana del Palacio Apostólico.
«Ante la barbarie del asesinato de niños, de inocentes y civiles indefensos, no hay razones estratégicas que valgan. Solo se debe cesar la inaceptable agresión armada antes de que reduzca las ciudades en cementerios», instó.
El papa ha expresado en múltiples ocasiones su preocupación por la guerra en Ucrania provocada por la invasión de la Rusia de Vladímir Putin.
Incluso acudió personalmente a la embajada rusa ante la Santa Sede un día después de que iniciara el ataque, el 24 de febrero, y ha enviado al país a dos cardenales –su limosnero, el polaco Konrad Krajewski, y el checo Michael Czerny– para ayudar a la población.